Siempre hemos escuchando que la mayor maniobrabilidad de los buques ingleses durante el paso del canal de la Mancha durante la expedición de la Grande y Felicísima Armada fue una de las causas de la derrota de esta, al no poder los buques españoles maniobrar con la suficiente rapidez para abordar a los buques ingleses y que la infantería española destrozase a la inglesa, como seguro hubiera pasado. No era por casualidad que la infantería de los tercios dominara los campos de batalla de Europa.
Los buques españoles intentaron continuamente abarloarse con los ingleses aceptando que estos los cosieran a cañonazos en la maniobra, pero los buques ingleses siempre consiguieron escapar y evitar el abordaje después de descargar sus cañones.
La aseveración está ampliamente difundida pero yo nunca encontré la explicación técnica de esta mayor maniobrabilidad hasta hace pocos años. Quizás fue culpa mía, pero por si acaso, aquí dejo esta entrada para todo aquel que se haya encontrado en la misma situación.
El motivo de la mayor maniobrabilidad inglesa hay que buscarlo en el diseño de los buques, concretamente en el diseño de la obra muerta, en la menor altura de sus castillos de proa y popa y en la disminución del número de cubiertas, que así no ofrecían resistencia al viento haciendo más rápidos los virajes y la marcha. Los buques españoles, con sus enormes castillos desde donde la infantería esperaba disparar sobres las cubiertas inglesas para después abordarlas, estando situados a sotavento durante la travesía del canal, se vieron frenados en sus maniobras con el resultado que sus contrarios se daban a la fuga después soltar toda su artillería.
La obra viva también fue afectada en este cambio de diseño con la disminución del calado con el mismo objetivo de ofrecer menor resistencia, al agua en este caso, y mejorar la maniobrabilidad.

Fue John Hawkins y sus maestros carpinteros de ribera quienes aplicaron este diseño en lo buques que construyeron para la reina de Inglaterra a partir de 1570 y llamados “race-build”, nombre derivado de la palabra razeed que a su vez proviene del francés vaisseau rasé, literalmente buque afeitado, en el sentido de que se le han afeitado los castillos para disminuir su altura. Quizás el origén francés de la palabra que da nombre al concepto, da cuenta del origen de esta tendencia en el diseño naval que Hawkins adoptó, pero es algo que ignoro.
La disminución en la altura de los castillos y número de cubiertas se combinó con una mayor longitud de la eslora en relación a la manga para construir unos navíos más maniobreros y elegantes que los altos y regordetes galeones españoles. El éxito de los buques ingleses se vio refrendado por una tendencia general en el diseño naval de todas las naciones en construir buques con castillos cada vez más pequeños y de menor altura, una disminución en el número de cubiertas y una mayor longitud de la eslora para ganar en longitud el espacio necesario para situar los cañones antes situados en las cubiertas superiores, ahora afeitadas.
Una comparativa de las esloras de dos buques de cada armada muestra las diferencias de diseño.
Armada | Buque | Eslora |
Imperial | San Martín | 35,24 m |
Inglesa | Triumph | 30,50 m |
Imperial | La Regazona | 33,91 m |
Inglesa | Revenge | 28 m |