Los contenedores marítimos
En 1956 partió de un puerto en USA el primer barco del mundo cargado con contenedores marítimos. Hasta ese momento, los productos transportados en buques de transporte eran cargados, estibados en las bodegas y descargados lenta y costosamente por los estibadores.
Los contenedores marítimos modernos son cajas de metal de medidas estandar (6 y 12 metros de longitud) que pueden usarse en diferentes medios de transporte: buques portacontenedores, camiones y trenes. Es decir, son lo que en el mundo del transporte se conoce como multimodales, o dicho de otra forma, se pueden utilizar indistintamente en múltiples modos de transporte. La carga se estiba en el interior del contenedor y este es cargado y descargado en los diferentes medios de transporte utilizados para moverlo desde su origen hasta su destino. Este sistema reduce la necesidad de mano de obra y, sobre todo, del tiempo necesario para carga y descarga de un buque, pasando de varios días para cargar/descargar un buque de las dimensiones de entonces, a un solo dia para cargar/descargar un buque contenedores actual, que multiplica varias veces el tamaño y capacidad de los buques de mediados del siglo XX. No se puede entender la globalización sin la reducción de costes y tiempo de transporte que la containerización permitió. Pero… ¿fue la del Siglo XX la primera containerización?.
¿La primera containerización?
Para saberlo, primero deberemos definir qué es un contenedor. Podemos definir como contenedor cualquier recipiente utilizado para contener algo. A este efecto, los primeros contenedores hechos con la función expresa de contener, almacenar y mover grandes cantidades de un producto son las grandes vasijas de barro que conocemos como pithos. La palabra pithos proviene del griego, pero se utiliza indistintamente para designar las vasijas construidas por griegos, fenicios, púnicos y romanos para almacenar y transportar grandes cantidades de grano y líquidos. Los pithos se complementan con sus hermanas menores, las ánforas (del griego amphoreús) y sus hermanas mayores de origen romano, las dolia (de latín dolium).

Una características de los contenedores modernos es su estandarización. Por estándar se entiende un patrón o modelo. Aunque no se puede decir que los pithos o ánforas tengan unas medidas iguales en todos ellos, como los actuales contenedores marítimos, si que puede decirse que siguen un patrón o modelo reconocible. Sus formas alargadas las hacen óptimas para su estiba en las bodegas de los barcos, y la base puntiaguda permite clavarlas en la arena en caso de no disponer de instalaciones portuarias. Las dos asas permiten atarlas entre si y transportarlas entre dos personas. Su capacidad varía entre los 25 y los 32 litros. Caso aparte, por su tamaño, son las dolia, de las que comentaremos más adelante.
Otras de las características de los modernos contenedores es, como hemos comentado, su multimodalidad. Pithos y ánforas se han encontrado en tierra y bajo el mar, en pecios procedentes de barcos de transporte, utilizados como medio de almacenaje o transporte también terrestre a lomos de burros, al menos hasta el descubrimiento de los barriles de madera utilizados en la Galia, menos frágiles y fáciles de mover haciéndolos rodar por el suelo, utilizados solamente para el transporte de vino. Por lo tanto podemos entender que las vasijas de barro eran multimodales, el mismo recipiente podia utilizarse en diferentes médios de transporte sin necesidad de traspasar la carga de un tipo de contenedor a otro.

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Una consecuencia de la utilización de los modernos contenedores, es la necesidad de utilizar medios de transporte y carga/descarga adecuados a sus características, es decir, buques portacontenedores, gruas, plataformas para camión y tren. No existen en el mundo antiguo paralelos. Si que existieron en el mundo romano buques cisterna, es decir, buques que se cree fueron expresamente construidos para contener dolia de grandes dimensiones, utilizados para el transporte de vino. El pecio de La Giraglia en la costa de la Provenza es un ejemplo. Transportaba ocho dolia, pero, a diferencia de las ánforas, los dolia no se descargaban del buque, eran fijos.
Entonces, la del Siglo XX ¿fue la primera containerización? Si, aplicando una visión estrecha. Las vasijas de barro no tenían medidas ni capacidades estándares, no existían buques diseñados expresamente para el transporte de ánforas o pithos, ni infraestructuras específicas para su carga y descarga, como son las modernas terminales marítimas con grúas destinadas exclusivamente a mover contenedores procedentes de buques portacontenedores.
No, con una mirada más amplia que contemple necesidades y consecuencias.
Roma, la ciudad de las siete colinas, cuenta con una octava colina construida por el hombre, el Monte Testaccio de 50 metros de altitud, construido con los restos de, aproximadamente, 26 millones de ánforas, el 80% de las cuales procede del sur de la península Ibérica y que llegaron a Roma cargadas de aceite. Construidas en la Bética, cargadas de aceite en las almazaras de la cuenca del Guadalquivir y transportadas por un río hasta Hispalis o Gadir donde podían ser transbordadas a buques mayores para su travesía hasta el puerto de Ostia o hasta la misma Roma. Otro tráfico con un uso intensivo de las ánforas és el del vino procedente de la costa de la Tarraconensis, con gran cantidad de figlinae dedicadas a la construcción de las ánforas utilizadas para transportar el vino que inundará el mercado vinícola romano en el Siglo I aec y de las que se han encontrado restos en lugares tan alejados como Britannia. El pecio con una mayor capacidad de ánforas ha sido localizado en Francia y se conoce con el nombre de Madrague de Giens y se le calcula una capacidad de hasta 8000 ánforas. En su último viaje cargaba vino procedente de Italia. En la bahía de Fiskardo, en Grecia, se ha localizado recientemente un pecio que puede contener hasta 6000 ánforas. Hasta el momento no hay pruebas de adn que indiquen el contenido.

El fin último de la containerización es una mayor efectividad en el transporte carga y descarga de mercancías. ¿Cumplen los pithos y ánforas con este objetivo? Obviamente si. ¿Podemos considerar los grandes buques romanos de transporte cargados de ánforas como portacontenedores? Obviamente si. ¿Son las ánforas medios de transporte multimodales? De nuevo, obviamente si. ¿Contribuyeron al surgimiento de un comercio global y a gran escala? Si.
Referencias:
- Journal of Archaeological Science, volume 113, January 2020
- The box : how the shipping container made the world smaller and the word economy bigger, de Marc Levinson.
- Ships and seamanship in the ancient world, de Lionel Casson.
- https://archive.org/details/isbn_9780300074277 de James P. Delgado.
- Vi d’àmfora
- Dolium, ánfora, pithos.